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Se inicia el festejo Foto: DR Reina |
Sólo mandó dos de sus ya reconocidos jaboneros don Juan Bernardo
Caicedo esta tarde de inocentes a Cali. La corrida fue variada en pelaje y
comportamiento. Se destacan dos toros de este encierro: “Corcito” (tercero de
la tarde, No. 351, de 450 K), que le valió una oreja a Pablo Hermoso de
Mendoza, y “Estudiante” (corrido en cuarto lugar, No. 354, castaño y
cornidelantero), que a pesar de dar el peso justo estaba bien hecho. Su calidad
permitió ratificar la que también tiene el matador leonés Javier Castaño.
El de Castaño es un toreo que se concentra en el valor. “Beduino” (516
K, negro corniabierto, meano y axiblanco) fue un toro manso y con peligro,
calamocheador y poco sincero. Castaño se fajó con él y le arrancó dos naturales
de los pitones. No hubo suerte con la espada: atravesó y luego descabelló dos
veces. La gente se iba metiendo con él.
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Natural de Javier Castaño |
Pero vino luego el cuarto, ese “Estudiante” de gran rendimiento, con
clase en su embestida acompasada y suave. Creo que mereció la vuelta al ruedo,
aunque tal vez le faltó claridad por el pitón izquierdo y por eso fue
arrastrado entre aplausos. Su nobleza permitió lucimiento en el capote y en
banderillas. Castaño le planteó una faena comprometida que inició de rodillas,
luego dos pases de la firma por ambos pitones y después mucho temple en los
derechazos planchados. Más tarde, un pase de pecho lento y tranquilo. La faena
concluyó con mucho aguante, con dos redondos invertidos y después normales,
metido entre los pitones del toro. Tuvo tanta confianza en sí mismo que al
final se ganó una voltereta. Mató de entera un pelito trasera y recibió dos
orejas.
“Almirante” (jabonero sucio de 448 K) tuvo problemas y se los planteó a
Guerrita Chico, que inició bien con el capote en sus dos actuaciones. Se
lucieron Ricardo Santana y Chiricuto
en banderillas y debieron saludar montera en mano. El colombiano no entendió la
lidia que debía hacerle a “Almirante”, que tenía genio y poca paciencia. Pinchó
sin soltar y luego soltando, para dejar una estocada baja y casi entera. Los
tendidos pitaron su actuación.
Más interesante fue “Guapo” (444 K, negro, listón y cornidelantero),
aunque se distrajo siempre. Hubo ilusión en las cuatro verónicas, las dos
chicuelinas y la revolera de recibo. Pero Guerrita Chico se confundió entre la
brisa que molestaba la muleta y las protestas del público. Terminó
apesadumbrado luego de media estocada saliéndose de la suerte, dos descabellos
y los pitos del público.
Entiendo menos del toreo a caballo que del de a pie, y por eso no
alcanzo a degustarlo en el paladar. Pero Pablo Hermoso de Mendoza se creció
ante la calidad de “Corcito”, al que recibió con “Villa”, un joven caballo
tordo que lo paró en el centro del ruedo. Tuvo mucho temple en los rejones de
castigo y después, con “Manolete”, puso banderillas largas al quiebro,
rematando con decisión. “Corcito” jamás se cansó de perseguir a los
caballos, incluso cuando fue a uno de ellos en las cortas y luego en otras
dos largas. La faena se desarrolló siempre en el centro del ruedo. Hermoso mató con un
rejón trasero y caído. El público exigió una oreja.
En cambio, el comportamiento de “Volador” hizo honor a su nombre. Este
toro carbonero de 474 K fue cambiante en su comportamiento y así fue también la
faena del rejoneador español, que nos regaló un extraordinario par de
banderillas con las dos manos, guiando a “Pirata” con las piernas y la cintura.
Así pues, valió la pena venir esta tarde a la plaza de toros de
Cañaveralejo.
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