Se despidió de los ruedos el torero caleño Paco Perlaza
esta tarde en Manizales. Vimos un interesante encierro de Dosgutiérrez, bien presentado en general, con dos toros de vuelta
al ruedo. Alternaron con Perlaza el rejoneador portugués Diego Ventura y el español
Manuel Jesús El Cid.
Ventura parando con la garrocha (Fotos: Diana R. reina G.) |
Diego Ventura pasó en blanco con “Sureño” (446K), al que
le puso tres excesivos rejones de castigo y con el cual no estuvo a gusto. El
toro fue aplaudido en el arrastre y el portugués saludó desde el tercio. Su
segundo fue “Chullo”, un muy buen toro negro alto cornidelantero de 454 K, que tuvo
tranco y fijeza. Lo recibió a portagayola montando a “Cigarrera” y, toreando
con la garrocha, lo paró en los medios de forma impecable. Puso un primer rejón
de castigo bastante caído y un segundo en muy buen sitio. La faena fue
irregular pero tuvo emoción para los tendidos. Dejó tocar las cabalgaduras tres
veces. Quizás lo mejor de su actuación fueron las dos cortas al violín que puso
montando a “Toronjo” (tordo en fase blanca). Pinchó y luego dejó un rejón de
muerte en perfecto sitio. “Chullo” fue justamente premiado con la vuelta al
ruedo y la presidencia exageró otorgando las dos orejas.
Bella embestida del toro de Perlaza |
Paco Perlaza escuchó el silencio tras su actuación con “Llorador”
(452K) que, tras recibir una varia mínima y unos pares desiguales, acusó una
tendencia a querer irse a las tablas. En cambio, estuvo bien con el sobrero (“Mañico”,
negro listón cornidelantero de 474K), luego de un inexplicable cambio del
quinto de lidia ordinaria. Perlaza aprovechó la prontitud en la embestida de “Mañico”
y la muy buena forma que tuvo el toro para meter la cara en la muleta. Construyó
una faena por derechazos planchados y técnicos, y dejó una tanda de naturales
con compás y poder. Mató de media en buen sitio y descabello certero. “Mañico”
mereció la vuelta al ruedo y el caleño paseó una justa oreja.
Verónica de Manuel Jessús El Cid |
También estuvo inteligente El Cijd con su primero (“Esmeraldo”, 472 K, negro cornidelantero y
enmorrillado, astillado del pitón derecho). Aunque el toro recargó en varas, en
la muleta tuvo unas indecibles ganas de irse a las tablas, pero El Cid se lo impidió, poniéndole siempre
la muleta en la cara y palmeándole los lomos a la salida del pase, para que el
toro recordara que debía repetirse. La faena comenzó a media altura y poco a
poco fue aplomándose la mano derecha del sevillano. Mató de un estoconazo hasta
la bola que de por sí valía la oreja que le dieron. Finalmente, con “Tacungo”
(negro engatillado, bizco del derecho, de 504K), nos ilusionó con algunos
trazos de naturales, pero la cosa quedó solo en promesas.
Se retira muy pronto Paco Perlaza de su profesión. Se le
oye cansado y algo desilusionado. Recordaremos ese toreo artesanal suyo,
curtido y mestizo como su origen americano.
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